Por: Kevin Reyes, unidad de comunicaciones Facultad de Ciencias Económicas, UES.
Las Naciones Unidas (ONU) establecen que el cambio climático es la variación en las temperaturas y los patrones climáticos como sequías intensas, escases de agua, graves incendios, aumento en el nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas y disminución de la biodiversidad.
Este fenómeno tiene repercusiones directas en la calidad de vida de las personas y a nivel macro, terminan afectando las economías de los países a nivel mundial. Debido a que se invierten importantes sumas de dinero en resarcir los daños que el cambio climático ocasionado.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) «el Cambio Climático es la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI”. La salud es y será afectada por los cambios de clima e impactos indirectos como enfermedades de las vías respiratorias y las transmitidas por vectores, inseguridad alimentaria y del agua, desnutrición y desplazamientos forzados.
En términos económicos, el cambio climático implica un daño en la producción, en la creación y formación de activos. Fenómenos meteorológicos como el niño y la niña repercuten en la producción de alimentos de la región. Generando así, un descalce de la oferta y la demanda agrícola, uno de los tantos factores que inciden en el aumento a la canasta básica.
Los gobiernos no ven al cambio climático como una amenaza latente que se convierte en desigualdades y pobreza para los ciudadanos. Ricardo Navarro, presidente y fundador del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA-Amigos de la Tierra), sostiene que los actuales fenómenos climáticos afectan directamente la salud y la agricultura.
El Informe de Desigualdad Multidimensional sobre educación y condiciones de vida de la Fundación para el Desarrollo de Centro América (FUDECEN), establece que, en el año 2021, América Latina fue la región más desigual del mundo en términos de concentración extrema de capital.
Porcentaje poblacional | Porcentaje de riqueza abarcado |
10% de la población | 77% de la riqueza total |
40 % de la población | 22% de la riqueza |
50% de la población | 1% de la riqueza total de la región |
Fuente: FUDECEN.
El informe sostiene que el acceso a una nutrición de calidad, acceso al agua potable, saneamiento y servicios públicos, jamás han sido una prioridad de la política pública y sus diversos instrumentos en la región en especial, El Salvador. Al establecerse estas condiciones de desigualdad, los más afectados ante el impacto de fenómenos meteorológicos en el país son el 50% más pobre.
Visión económica sobre el cambio climático
El docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de El Salvador, Ricardo Balmore López sostiene que, el cambio climático tiene varios orígenes. Uno de ellos es el crecimiento urbano de forma horizontal y la destrucción de los recursos naturales para la construcción física y ampliación de las ciudades.
En el caso de El Salvador, el ordenamiento territorial es un problema que agudiza cada vez más debido a que las construcciones de son de tipo horizontal y no vertical. Además, el desarrollo productivo y económico está concentrado en la ciudad.
Si se redefine el pensamiento de desarrollo local, como estrategia de desarrollo económico y social, se podría realizar evaluaciones de oportunidades de inversión de valor agregado que contribuiría a que cada uno de los municipios creciera de forma ordenada, para ello es necesario, según los investigadores, se cambie la visión de desarrollo local y que los gobiernos municipales elaboren políticas que permitan crear nuevas fuentes de empleo, o sea inversión y participación con visión futura.
Otra opción de cuido al medio ambiente es la reducción en el consumo de combustible fósil, para ello es necesario establecer alternativas de inclusión social y participación de la población, por ejemplo, el uso de la bicicleta, una alternativa a corto plazo. Pero ello, implica redefinir el objetivo de las escuelas de manejo, que su razón de ser no sea solo la obtención de permisos de conducción, sino fomentar una educación vial.
Actualmente El Salvador cuenta con un aproximado de 1.560.849 automotores transitando por las calles. Lo que obliga fielmente a cumplir con la Ley de Tránsito y sacar de circulación a aquellos vehículos que sobrepasaron su vida útil. Ordenar el parque vehicular se vuelve una tarea urgente.
La producción de CO2 en la atmosfera se aumenta cada año. Un parámetro a tomar en cuenta es que el año 2021, las emisiones en el país fueron de 8,176 megatoneladas de carbono y aunado el uso de combustibles cargados de plomo, lo que daña la salud de la población y aumenta el gasto social sombra, el cual solo se mira al paso de los años, cuando se da el crecimiento de las enfermedades pulmonares y de la piel, entre otras desconocidas.
Tareas para el cuido del medio ambiente
El primero a fomentar el cuido del medio ambiente es el Estado por ser el autor principal en promover una agenda climática, para ello debe aplicar políticas públicas ambientales y con ello incentivar la participación de los autores involucrados y realizar proyectos que tengan efectos en el cambio climático. Por ejemplo, reducir el uso de productos que aumentan la producción de gases de efecto invernadero y de Dióxido de Carbono en la atmosfera, debería ser una normativa y obligación para todos aquellos que emiten los proyectos que están aplicándose en los países desarrollados y que se acordó en la agenda de los países que componen el G-20.
Otra de las alternativas, es la creación y fomento de los huertos caseros, esto ayudaría al mejoramiento del medioambiente y la salud de las personas, debido a que muchos de los alimentos que actualmente se consumen, están siendo producidos con pesticidas y otros productos químicos. Estas sustancias tienen un efecto nocivo en la salud y podría desencadenar el surgimiento de enfermedades crónicas y con resultados desastrosos para las familias. La población puede contribuir con la reforestación de árboles frutales para colaborar con arborización de la flora y generar fauna.
Finalmente, los gobiernos podrían trabajar en la recuperación de suelos, en la limpieza de cuencas contaminadas por el uso de plásticos. Y en el manejo de aguas secundarias. Estas podrían reutilizarse y evitarse así, problemáticas como las cárcavas.