En los últimos días, hemos atestiguado diversos procesos dentro del sistema político salvadoreño, los cuales han representado puntos de inflexión trascendentales para la historia nacional. La Universidad de El Salvador, con 180 años de existencia y habiendo acompañado prioritariamente a los sectores de población más marginados y empobrecidos, está convencida que la agenda permanente debe ser una transformación profunda de la estructura política y económica nacional, hacia un entorno realmente inclusivo, seguro y garante de los derechos de toda la población. Lo anterior, comprende la máxima identidad universitaria.
El modelo económico impuesto en El Salvador desde finales del siglo XX, se caracterizó por la venta masiva de los activos del Estado, reduciéndolo a su mínima expresión y provocando que su única fuente de ingresos sea la recaudación fiscal; es decir, los impuestos. Aunado a lo anterior, la estructura tributaria en nuestro país obedece a un modelo regresivo, en el cual los privilegios de las clases más adineradas prevalecen sobre las limitaciones de las mayorías empobrecidas, estableciendo una carga impositiva sistemáticamente desigual y con afectaciones graves en las familias históricamente marginadas. Adicionalmente, las exenciones fiscales en el país representan una figura disfrazada de evasión y promotora de la elusión.
El contexto adverso que la mayoría de la población salvadoreña enfrenta permanentemente, se recrudece cuando los compromisos con instituciones financieras internacionales han alcanzado límites insostenibles, siendo la deuda externa un problema profundo, donde la principal alternativa de solución debería ser una transformación del sistema tributario, hacia un esquema progresivo que enarbole una verdadera justicia social.
El establecer impuestos sobre la actividad comercial de los periódicos en El Salvador es un paso concreto, sobre la vía que consideramos adecuada. La imposición de mayor carga tributaria en los bienes suntuosos, propiedades de lujo y en las actividades que generan mayores utilidades, es el rumbo que el Alma Máter ha recomendado incansablemente, con el único objeto de iniciar el camino hacia la verdadera justicia y progresividad fiscal. Ese sendero es uno de los compromisos que ningún gobierno ha asumido en la historia de El Salvador y esperamos que los liderazgos políticos actuales lo acepten, lo hagan propio y construyan bases sólidas que sostendrán y darán aliento a los millones de salvadoreños y salvadoreñas que, hasta el día de hoy, siguen en el olvido.
Ciudad Universitaria “Dr. Fabio Castillo Figueroa”, 5 de mayo de 2021