Por: Mónica Torres
Elizabeth Monserrat, egresada de la Licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, tiene 4 años trabajando en un proyecto investigativo que involucra el veneno de las serpientes de cascabel, con el fin de estudiar las propiedades medicinales de la sustancia y conocer nuevas formas de neutralizar el envenenamiento por mordedura.
El estudio con el que Monserrat obtendrá el título de Licenciada en Biología, lleva por nombre: ‘’Evaluación de la actividad antiofídica de extractos metabólicos sobre el veneno de Cascabel’’, idea que surge de otros estudios similares realizados en Antioquía, Colombia, en donde se estudiaron un grupo de plantas para neutralizar el veneno.
Según la página web de la Universidad de Antioquía, han creado una alianza con el TIG (Tech Innovation Group), empresa de biotecnología que actualmente produce algunos lotes de antivenenos, sin embargo el director técnico de la empresa, Sebastián Gómez plantea aumentar la calidad y producción de los antídotos.
Elizabeth también destaca que en países como Costa Rica, Brasil y México, se han estudiado las crotoxinas de la serpiente Cascabel, y se descubrió que pueden evitar la mutación de las células cancerígenas. Según el medio paraguayo ABC, el Instituto Butantan de Brasil informó en el 2012 que ‘’la cromatina, proteína aislada del veneno de cascabel, aumentó en un 70% la supervivencia de ratones con cáncer de piel’’.
Otro de los motivos que acercaron a la estudiante al tema, fue su fascinación por este tipo de animales: ‘’mi mamá es alérgica a los pelos, entonces lo único que podía tener en mi casa eran reptiles, ahí empecé a agarrar pasión por ellos, y cuando entré a la universidad me gustaron más las serpientes’’, mencionó Monserrat.
Al estar inmersa en este tema, descubrió que las serpientes venenosas son de los ejemplares más amenazadas en el país, por ser consideradas peligrosas, y que muchas comunidades no poseían medidas alternas para el manejo de estas situaciones. Añadiendo el hecho de que cada vez se dispersan más en diferentes climas y ambientes, debido a la invasión territorial que hace el humano en sus hábitats naturales.
Proceso del trabajo práctico.
A través de gestiones realizadas por la Universidad de El Salvador, se adquirieron cuatro serpientes cascabel y se ubicaron en el espacio donde la estudiante realiza su trabajo, en el Centro de Investigación y Desarrollo en Salud, CENSALUD, ‘’todas fueron rescatadas de ataques en comunidades, cuentan con control veterinario con especialistas de vida silvestre’’, detalló sobre los cuidados que reciben.
De la misma manera obtuvo el espacio de trabajo en los laboratorios de CENSALUD debido a que necesitaba realizar las extracciones del veneno de serpiente, además cuenta con el apoyo del Laboratorio de Experimentación Animal y el Laboratorio de Toxinas Marinas.
Cada 3 meses la serpiente es manipulada mediante herramientas que permiten su movilización, dos ganchos largos y tubos transparentes donde la serpiente es introducida y se coloca en un embudo para que lo muerda, posteriormente se extrae el veneno con la técnica de ordeño, a través de un masaje en las glándulas segregadoras de la sustancia.
El Laboratorio de Investigación de Productos Naturales de la Facultad de Química y Farmacia, también colabora con la estudiante para estudiar algunas plantas que puedan tener propiedades neutralizantes del veneno.
Además, cuenta con el apoyo de un especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México, quién la asesora sobre cómo manipular el veneno, Elizabeth también busca crear una alianza con el Instituto de Biotecnología de la institución, para obtener las herramientas necesarias para poder caracterizar el veneno y obtener la información de las proteínas.
Más allá de la tesis.
Según palabras de la futura bióloga, su proyecto de tesis estará finalizado antes de que llegue el 2023, con la universidad planean llevar la investigación más lejos como ampliar el serpentario e iniciar procesos de concientización ambiental con enfoque en la conservación de especies amenazadas por el ser humano.
El Hospital Rosales y el Hospital Bloom, se suman a la lista de instituciones con las que se trabajará en conjunto, al ser los centros de salud que más atienden casos de mordeduras de serpientes, con el fín de mejorar los procesos en el tratamiento de la herida y evitar fallecimientos por mala praxis.