En un emotivo acto que reunió a autoridades universitarias y destacados expertos en derechos humanos, la Universidad de El Salvador (UES) conmemoró el Día de la Memoria Histórica Universitaria, reafirmando su compromiso con la verdad, la justicia y la preservación de la historia institucional.
La memoria como derecho fundamental
El Dr. Florentín Meléndez, ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia, ofreció una magistral conferencia donde estableció las bases jurídicas del derecho a la memoria histórica. «El derecho a la memoria histórica se deriva de un derecho fundamental que es el derecho a la verdad», explicó Meléndez, añadiendo que «cuando se niega la verdad se niega la dignidad de cada persona, un grupo social, toda una población».
El experto detalló que este derecho, aunque no está explícitamente reconocido en la constitución o tratados internacionales, se desprende de tres derechos fundamentales: «el derecho a la dignidad humana, el derecho del acceso a la información pública y el derecho a la justicia».
En este sentido, Meléndez enfatizó la importancia del acceso a la información pública: “»La información pública es y debe ser del dominio público es una regla general. Toda la información del estado debe de estar abierta a la información del pueblo. La reserva de información debe de ser excepcionalmente muy mínima y no es la regla general la reserva de información», sostuvo el experto en Derechos Humanos.
La lucha continua por la verdad y reparación
La Dra. Evelyn Farfán, vicerrectora académica de la UES, enfatizó la importancia de mantener viva la memoria histórica, especialmente para las nuevas generaciones:
«Lamentablemente en la actualidad, principalmente los jóvenes que no vivenciaron el periodo de la guerra y todas las consecuencias de represión que esta conlleva desconocen los acontecimientos del país y de la universidad, y para muchos de ellos hablar sobre la guerra es como una especie de historia que ven en los libros».Acciones concretas y desafíos pendientes
El Mtro. Roger Armando Arias, vicerrector administrativo, reveló importantes gestiones realizadas por la universidad en búsqueda de reconocimiento y reparación. Entre estas, destacó la solicitud realizada en 2018 al entonces presidente Salvador Sánchez Cerén, que incluía:
- Una disculpa pública por las violaciones a los Derechos Humanos
- La entrega del cuartel San Carlos para convertirlo en un museo de la memoria histórica
- Un incremento sustancial del presupuesto universitario
Sin embargo, ninguna de las peticiones fue aceptada. «Yo siempre he creído que no se puede generar perdón si no se conoce la verdad, y la verdad debe de ser el requisito indispensable para el perdón», afirmó Arias.
Por su parte, el Ing. Villalta, presidente de la AGU expresó que «como Comisión de Memoria Histórica posiblemente hemos invisibilizado las acciones que hemos realizado, uno de los emblemáticos allá por 2016-2017 se presentó una solicitud ante el Ministerio de Defensa en la cual se exige se nos proporcionara el acceso a los archivos relacionados a la masacre de 1975 y a las intervenciones que sufrió esta Universidad por parte de la Fuerza Armada.»
El imperativo de documentar la historia
El vicerrector administrativo cerró el evento con un llamado especial a los historiadores de la Facultad de Ciencias y Humanidades: «Lo que no se escribe, no existió». Enfatizó la necesidad de documentar las acciones y luchas de la universidad, recordando que se han logrado documentar «más de 30 casos de desaparecidos, desaparecidas, hijos de esta universidad».
Arias finalizó con un llamado a continuar con los esfuerzos de memoria histórica y la búsqueda de justicia, enfatizando la persistencia necesaria en esta tarea: » No hay que claudicar en esta lucha, falta seguir insistiendo y seguir poniendo el dedo en el renglón».
La jornada conmemorativa reafirmó el compromiso de la Universidad de El Salvador con la preservación de su memoria histórica, no sólo como un ejercicio de recordación, sino como una herramienta fundamental para construir un futuro basado en la verdad, la justicia y el respeto a los derechos humanos.