Lo que comenzó como una iniciativa estudiantil en 2014 se ha convertido en una historia de éxito deportivo para la Universidad de El Salvador (UES). El Ing. Rafael González, quien inicialmente participaba como secretario de Cultura y Deporte de la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería, ha construido desde cero un programa de fútbol playa que ahora cosecha triunfos internacionales.
«El inicio fue como se dice, ‘derrota tras derrota’, íbamos a jugar con la gente que estaba metida de lleno en el fútbol playa y fue un aprendizaje duro, goleada tras goleada», recuerda González sobre sus primeros pasos en la disciplina. Sin embargo, su perseverancia y dedicación lo llevaron a obtener certificaciones como entrenador, incluyendo licencias internacionales en Costa Rica. El Ing. Eléctrico, actualmente es instructor de fútbol playa e instructor ad honorem de fútbol femenino de la UES.
El programa ha crecido hasta incluir equipos masculinos y femeninos que compiten al más alto nivel. Uno de los logros más destacados fue el campeonato en Portugal en 2018, donde González dirigió al equipo «Warriors» en lo que él describe como «los primeros pasos de los mundiales juveniles».
La rama femenina también ha brillado, este año ha obtenido el subcampeonato en el torneo de fútbol playa femenino de los Juegos Universitarios de Playa FISU 2024, celebrados en Río de Janeiro, Brasil, en agosto pasado. Además, la UES se coronó campeona 2024 en la Copa CEL.
El próximo año se espera que participen en el torneo de la Copa América de fútbol playa, a realizarse en Chile, en el cual las futbolistas ya están clasificadas.
A pesar de los desafíos, como la falta de instalaciones después de la pandemia y el uso de la cancha como restaurante para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, San Salvador 2023, González mantiene su visión de crecimiento: «Ahora con nuestra nueva cancha creo que ya vamos a poder dar ese paso», afirma, mirando hacia el futuro del programa.
Su metodología combina disciplina con competitividad, lo que le ha permitido ganar el respeto en el circuito internacional. González menciona que a los entrenadores de otros equipos «Les gustaba la disciplina, el orden que siempre nosotros hemos mantenido y la competitividad, aunque no éramos el gran equipo, pero siempre hacíamos buenos papeles».
De cara al futuro, González y sus equipos continúan preparándose para nuevos desafíos. Con una invitación para el equipo femenino en febrero próximo, el ingeniero convertido en entrenador busca seguir escribiendo la historia del fútbol playa universitario, demostrando que, con dedicación y visión, se pueden alcanzar metas que inicialmente parecían imposibles.