Al menos 119 personas han fallecido en Latinoamérica y el Caribe, de un aproximado de 7 mil 800 casos de intoxicaciones por consumo de alimentos provenientes del mar. Esto, en un periodo que va desde 1970 hasta 2007, de acuerdo con los datos del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de El Salvador LABTOX-UES (UES).
Estas muertes humanas, se asociaron principalmente con Envenenamiento Paralítico por Mariscos (PSP) en el Pacífico y costas atlánticas y la intoxicación por ciguatera (CFP) en el Caribe.
“Esto hace que, desde la Universidad de El Salvador, desde la academia, mantengamos vigente, hasta este momento, un programa de monitoreo que nos ayuda a caracterizar estos fenómenos que ponen en peligro la salud de la población”, dice el Mtro. Óscar Amaya, director de LABTOX-UES.
El vecino país, Guatemala, ha emitido una alerta recientemente, ante el reporte de fallecidos por consumo de mariscos. Sin embargo, este año, “afortunadamente en nuestro país no sufrimos intoxicaciones ni fallecidos”, informa el maestro Óscar Amaya, director de LABTOX-UES.
Mientras tanto, este día, como parte de un proyecto que LABTOX tiene con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), los técnicos del Laboratorio de Toxinas Marinas (LABTOX) se han trasladado hasta la costa del occidente salvadoreño para recolectar agua del lugar y llevarlas al laboratorio de la UES, donde se analizarán y posteriormente se brindará un informe científico de los resultados obtenidos.
Esta práctica de monitoreo que ha mantenido el Instituto permite a la comunidad científica conocer constantemente sobre las floraciones algales en aguas costeras y continentales, mediante la difusión y divulgación constante de los resultados.
“En el caso salvadoreño, nosotros desde enero, febrero y en mayo, hemos generado reportes”, dice el Maestro Amaya.
Un fenómeno global
El proyecto del LABTOX y el OIEA busca no solo monitorear la marea roja, sino también dar respuesta al por qué de la mayor frecuencia del fenómeno.
Y una de las respuestas que se plantean los investigadores está relacionada con la acidificación de los océanos, que “está ocurriendo de manera acelerada, como consecuencia del aumento de la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, proveniente del uso de combustibles fósiles”. Afortunadamente, científicos de 18 países de la región están involucrados en este estudio.
Los investigadores plantean que la acidificación de los océanos afecta a algunos organismos marinos, como corales o moluscos, que son especialmente vulnerables a los cambios de la química del agua de mar.
La marea roja la definen como una proliferación de microalgas, que producen un efecto nocivo o tóxico. En los últimos años se ha incrementado a nivel global, afectando los ecosistemas y la economía de la zona costera.