Tres nuevas especies de plantas fueron descubiertas por investigadores de la Universidad de El Salvador (UES) en colaboración con el Museo de Historia Natural de El Salvador (MUHNES). Se trata de dos nuevas especies de plantas de la familia de las Piperaceae, y una nueva especie de un árbol de la familia Celastraceae presentes en la zona occidental del país.
Este trabajo lo realizaron los investigadores: PhD. Marvin Núñez, coordinador del Laboratorio de Investigación en Productos Naturales (LIPN), de la Facultad de Química y Farmacia; M.Sc. Gabriel Cerén y Lic. Roberto Navarro, ambos docentes de la Escuela de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática; y la curadora del herbario del Museo de Historia Natural de El Salvador, Lcda. Jenny Menjívar.
Para oficializar estos nuevos descubrimientos y obtener una identidad científica de las nuevas especies, los investigadores de la UES realizan un proceso que incluye el análisis de ADN de una de las especies recién descubiertas.
El coordinador del Laboratorio de Investigación en Productos Naturales de la Facultad de Química y Farmacia, PhD. Marvin Núñez explicó aspectos como la Familia a la que pertenecen las nuevas especies, los lugares donde se colectaron, entre otros.
Una de las especies novedosas, perteneciente a la Familia Piperaceae, es epifita, es decir, que crecen y viven en otras plantas, árboles o superficies, utilizándola solamente como soporte, pero que no lo parasita nutricionalmente. Los investigadores le adjudicaron el nombre común de “Alcancía” y la colectaron e identificaron en el Cerro Las Antenas, en los alrededores de la ciudad de Apaneca, Ahuachapán. La segunda especie, perteneciente a la Familia Piperaceae, es litofítica, es decir, que crece en asociación con rocas, y la denominaron con el nombre común de “Tazulita”, debido a que se encontró en las cercanías del Río Tazulá, en la Finca San Jorge, San Julián, Sonsonate.
De estas dos nuevas especies se identificaron poblaciones de más de 100 ejemplares de cada una de ellas, y se llevó a cabo sus descripciones botánicas, toma de medidas de sus órganos, planta entera, entre otros; además se registró la presencia de estas especies durante la época seca y lluviosa. Según investigaciones realizadas por el LIPN, la familia botánica a la que pertenecen estas dos nuevas especies, podría poseer propiedades antiparasitarias, por lo tanto, en un futuro serán sometidas a ensayos biológicos.
Para trabajar en el descubrimiento de estas dos nuevas especies, a los especialistas les tomó alrededor de 3 años de investigación, tiempo en el que se realizaron visitas a distintos lugares para identificar la presencia de poblaciones de las especies. Este trabajo se realizó con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), a través de un proyecto SATREPS-Chagas.
La otra planta recién descubierta es un árbol, al que se le ha dado el nombre común de “Árbol del Duende”, que pertenece a la Familia Celastraceae tiene una medida promedio de 4 a 5 metros de altura y, de 15 a 20 centímetros de grosor en su tallo. Cabe destacar que desde que se tuvieron los primeros indicios de una nueva especie, los académicos hicieron un trabajo de investigación exhaustivo y visita a los lugares que le tomó cerca de 7 años.
De esta nueva especie de Celastraceae se identificaron entre 200 y 300 ejemplares en un área de aproximadamente 15 kilómetros a la redonda en el cantón El Limo, en la zona de Metapán, Santa Ana.
En el lugar, las personas usan la madera para hacer cercos de potrero; sin embargo, las numerosas investigaciones llevadas a cabo por el LIPN, incluso en la nueva especie vegetal, les confiere actividades antiparasitarias in vitro a los extractos orgánicos de las raíces frente a Trypanosoma cruzi, causante del Mal de Chagas y Leishmania amazonensis, causante de la Leishmania. Por ello el académico reiteró que es necesario proteger las especies vegetales de esta familia.
El trabajo sobre la química y actividades biológicas antiparasitarias de especies de la Familia Celastraceae, se viene realizando desde hace 20 años en el país, en colaboración con investigadores de la Universidad de La Laguna, Tenerife, España.
En ese sentido, Núñez reflexionó sobre la importancia de este trabajo, pues consideró que “descubrir una nueva especie es un éxito científico de los mayores en el área de la botánica, combinada con el área de los productos naturales y más en un país tan pequeño y con muchas amenazas sobre su flora. Descubrir una nueva especie significa también que cuántas especies no nos estarán esperando a ser descubiertas, pero tiene que haber un apoyo constante a la investigación científica, con programas de bioprospección de especies vegetales”, añadió.
Realizan extracción de ADN para respaldar identidad científica de nueva especie descubierta
Lo que se pretende con este trabajo, en un primer momento es obtener la identidad científica de las nuevas especies, para ello es necesario seguir un proceso que consiste en hacer un registro de la fenología vegetal, ubicar los lugares donde se encuentran poblaciones de ejemplares, describir cada uno de los órganos de la planta (medición y caracterización de sus partes); el análisis genético y molecular, el cual se hará a partir de la información genética obtenida de una prueba de ADN realizada en Corea, y especímenes depositados en herbarios o colecciones de referencia. Posterior a ello, la información se someterá a publicación en una revista científica internacional.
Fue por ello que los académicos M.Sc. Gabriel Cerén y Lic. Roberto Navarro, docentes e investigadores de la Escuela de Biología de la Facultad de CIMAT, realizaron una extracción de ADN de la nueva especie de Celastraceae para enviarla a un laboratorio en Corea, y así obtener su información genética con la que se realizará su respectivo análisis para incluirlo en el artículo a publicar.
Esta extracción de ADN se realizó en el Laboratorio de Biología Molecular de la Escuela de Biología de la Facultad CIMAT, que está bajo la coordinación del M.Sc. Miguel Moreno, en donde se facilitó el uso de equipo, instrumentos, reactivos y todo lo necesario para realizar el proceso.
Posteriormente, la publicación pasará a ser estudiada por referentes y especialistas mundiales en las familias de estas plantas, quienes darán validez a la información proporcionada por los investigadores de la UES y, por su puesto al descubrimiento de las nuevas especies, la cual será incorporada en el árbol filogenético.
“Lo que esperamos que estos datos nos ayuden a definir si es una especie, si es un género completo nuevo y aparte de eso a quién está cercanamente emparentado, de quién es primo, de quién es hermana esta nueva planta para poder catalogarla de manera correcta y completa”, dijo Navarro.
Ambos biólogos también aprovecharon la oportunidad para reflexionar sobre todo el trabajo realizado, el cual tiene un impacto significativo tanto en la universidad, como a nivel de país, incluso de región, ya que, a criterio de los investigadores, el descubrimiento de una nueva especie es un logro invaluable que evidencia la riqueza que hay en los recursos naturales, pese al deterioro ambiental, y de los cuales se podrían obtener múltiples beneficios para mejorar la calidad de vida de la población.
Navarro recalcó que, a pesar de ese deterioro ambiental, también hay especies que aún no se conocen y que “nos puede ayudar a combatir una enfermedad que a nosotros nos afecta… y probablemente estas plantas den una alternativa a medicamentos que en el futuro ayuden a mejorar la calidad de vida de nuestra población”.
Por su parte, el M.Sc. Cerén destacó la importancia del retorno a la presencialidad para el desarrollo de las investigaciones, ya que para el académico “hay cosas que necesariamente tenemos que estar en el laboratorio para hacer estos procesos, porque hay ciertas condiciones de limpieza, de asepsia que se tienen que hacer, y también se requiere mejorar las condiciones actuales que se tienen”.
Otro aspecto relevante es el trabajo interinstitucional y el aporte que la UES y sus académicos brinda a otras instituciones con el desarrollo de estas investigaciones.
Para el caso, está la participación de la directora del Museo de Historia Natural de El Salvador, Lcda. Jenny Menjívar, quien se enfocó en observar las características botánicas de las nuevas especies, ya que “una sola persona no lo podría hacer, una sola institución probablemente no lo podría hacer… Ese apoyo en este trabajo interdisciplinario también facilita estas alianzas que se pueden generar a nivel de universidades con ministerios, y específicamente con nosotros, para poder dar a conocer a la población más detalles de lo megadiverso que es nuestro país”.
Este logro también evidencia la capacidad, la calidad en la formación y la excelencia académica de los hijos e hijas de la Minerva, quienes desarrollan esta importante labor que tiene grandes resultados, los cuales servirán para solucionar y atender de mejor manera los problemas que afectan al país. Para esto, es imprescindible contar con los recursos necesarios que permitan el eficiente funcionamiento de la institución.