Este año la Universidad de El Salvador (UES) conmemoró el 183 aniversario de fundación, académicos y estudiantes a lo largo de su historia han reflexionado sobre la importancia de la Autonomía Universitaria y su papel en la transformación social del país. Estas reflexiones sirven como punto de partida para evaluar los logros pasados y los desafíos futuros de la institución en su misión de contribuir al desarrollo nacional a través de la educación superior autónoma.
La Autonomía Universitaria, según la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, se define como «la facultad de autonormación, pero no se agota en una mera capacidad de dictar normas concretas y fragmentarias, sino que se caracteriza por ser capaz de servir de soporte a un verdadero ordenamiento, aunque particular, pero como parte integrante del Estado».
El Dr. Francisco Eliseo Ortiz Ruiz* en su artículo “Autonomía Universitaria. Estado y Universidad” explica que esta autonomía comprende no solo la capacidad de adoptar estrategias para el desarrollo de sus propios fines, sino también la aptitud para cumplir esa política bajo su propia responsabilidad.
El artículo 61 de la Constitución salvadoreña consagra la Autonomía Universitaria, que la Sala de lo Constitucional lo define como «la facultad de la Universidad de El Salvador para autonormarse y autogestionar sus propios asuntos, asumiendo las atribuciones y obligaciones necesarias para cumplir adecuadamente el servicio que presta (la educación superior)».
Según lo expresado por el Dr. Eliseo Ortiz esta autonomía ha sido defendida históricamente por el movimiento estudiantil.
«Entre los acontecimientos más relevantes se encuentran la intervención y represión de septiembre de 1960; la intervención gubernamental del 19 de julio de 1972, que cerró la universidad por más de un año y la mantuvo militarizada por un largo período; la represión estudiantil del 30 de julio de 1975; el cierre de octubre de 1976 a enero de 1977, y la ocupación del campus universitario de junio de 1980, que se prolongó por casi cuatro años.»
En cuanto a los intentos de reforma, el artículo 61 de la Constitución de 1983 introduce modificaciones significativas respecto a sus predecesoras.
El Dr. Ortiz señala que este artículo «hace extensiva la autonomía a todas las universidades creadas por el Estado, así como la garantía de su sostenimiento económico mediante las partidas consignadas en el presupuesto general; garantiza la libertad de cátedra; sujeta sus fondos a la fiscalización de la Corte de Cuentas de la República; el Estado se atribuye la facultad de velar por el funcionamiento democrático y adecuado nivel académico y remite a una Ley de Educación Superior que se limitará a establecer los principios generales de organización y funcionamiento de las universidades estatales; los cuales serán desarrollados por estatutos».
Por otra parte, la protección de la Autonomía Universitaria está ligada al derecho constitucional de inviolabilidad del domicilio. El artículo 20 de la Constitución establece que la morada solo puede ser allanada por orden judicial, consentimiento del habitante, flagrante delito o peligro inminente de su perpetración.
Retos y oportunidades en el siglo XXI
El Mtro. Miguel Ángel Pérez Ramos, docente universitario, en su artículo para la Revista la Universidad “Congreso Universitario La reforma universitaria y la construcción social salvadoreña hacia la Universidad del siglo XXI», enfatiza el papel de la universidad como agente de cambio social:
«Las universidades latinoamericanas son parte indisoluble en la conformación de la identidad del subcontinente […] La Universidad de El Salvador ha estado, pues, desde su fundación, vinculada a un compromiso social de nación, y de ahí que su lema ´Hacia la libertad por la cultura´ no sea solo una frase retórica».
Pérez Ramos señala que la UES debe adaptarse a los retos del siglo XXI: «Es necesario que el docente, el estudiante y el investigador universitario estén impregnados del nuevo Know how (saber cómo) que experimenta la educación superior en el mundo contemporáneo, para entender, actualizarse e interactuar dentro del sorprendente avance científico del mundo moderno».
En este sentido es necesario destacar la importancia de aprovechar las nuevas tecnologías y los avances pedagógicos para mejorar la calidad educativa, mencionando como ejemplo «el máximo aprovechamiento de tecnología que hasta hace poco era desconocido en las universidades públicas como es el acceso a Internet y a la aldea global de las comunicaciones».
La autonomía universitaria sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo de El Salvador. Su defensa y fortalecimiento, junto con la modernización académica, son claves para que la UES continúe siendo un motor de progreso y transformación social en el país.
* Dr. Francisco Eliseo Ortiz Ruiz falleció el 28 de mayo de 2020, fue ex magistrado de la Sala de lo Constitucional, defensor del Estado del Derecho y la Justicia social.
Para esta nota se consultaron los siguientes documentos:
- Ortíz Ruiz, Francisco Eliseo. «Autonomía Universitaria. Estado y universidad». Revista La Universidad, 2c3. Universidad de El Salvador.
- Pérez Ramos, Miguel Ángel. «Congreso Universitario: La reforma universitaria y la construcción social salvadoreña hacia la Universidad del siglo XXI». Revista La Universidad, 5c1. Universidad de El Salvador.
- Autores Varios, “Se decreta la autonomía”, en El Universitario, Época XIII, Número 17, Ciudad Universitaria, febrero de 2011, página 7