Por: Ederson Sibrián
Investigadores del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de El Salvador con el apoyo de la Asociación Mangle y la Unidad Ambiental de la Universidad de El Salvador recolectaron basura marina, en la costa de la Isla de Méndez, Bahía de Jiquilisco, Usulután, con el propósito de clasificar y analizar restos de plásticos desechados, arrastrados por el mar hasta la playa del lugar.
El proyecto basado en un componente de ciencia ciudadana, es impulsado en la región centroamericana a través de la Red para la Investigación de Basura Marina en Centroamérica (REBAMAR) compuesta por Guatemala, Panamá y El Salvador con el financiamiento del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA).
La Red busca identificar qué tipo de industria genera la diversidad de plásticos, metales, vidrios y todo tipo de fragmentos de basura marina que llegan a las costas de El Salvador. Los datos además son comparados con análisis que se realizan en otros 2 países de la región.
“No es una limpieza de playas, lo que estamos haciendo es un análisis de la basura marina que se presenta en nuestras costas. Estamos registrando diversos parámetros desde la posición hasta el pesaje de lo recolectado en base a una metodología utilizada por la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA)”, dijo el director del Laboratorio de Toxinas Marinas, Óscar Amaya durante el muestreo en la playa de la zona que presentaba una elevada cantidad de basura marina.
En el muestreo además participaron 22 jóvenes de Isla de Méndez quienes han sido capacitados con el concepto de ciencia ciudadana “queremos compartir como la problemática de la basura marina afecta desde mar abierto y desde otros continentes”, dijo Amaya.
La Bahía de Jiquilisco es un sitio Ramsar ubicado en la Reserva de Biósfera Xirigualtique-Jiquilisco, área que por su diversidad y por los niveles de contaminación se convirtió en el lugar seleccionado para que los investigadores realizaran el primer muestreo.
De acuerdo a José Argueta, director de la Asociación Mangle “Esta es un área muy importante para el trabajo de las familias y saber la procedencia de la basura que sale a la orilla es muy importante porque esto permite desarrollar diversas planificaciones para reducir la problemática. Los jóvenes de la comunidad están conscientes que hay que dar un aporte de trabajo para hacer el análisis de la problemática. Ellos están conociendo cómo clasificar la basura y cómo ha llegado a la playa”, acotó.
El director de Asociación Mangle también asegura que la contribución de la Universidad de El Salvado, al trabajar de cerca con las comunidades y el territorio, es un aporte al conocimiento científico que tienen no sólo en este proyecto sino en capacitaciones académicas sobre los recursos del manglar a las familias del lugar.
El Laboratorio de Toxinas Marinas realizará un segundo muestreo y presentará un informe de los resultados que serán comparados con los hallazgos realizados en Guatemala y Panamá.