“Un lector no es la persona que sabe leer (alfabeta) sino la persona que lee habitualmente en su tiempo de ocio”. Con esta frase, la profesora de la Licenciatura en Historia de la Universidad de El Salvador, Maestra Josefa Viegas Guillem (Fina Viegas), define a una especie de universitarios casi en peligro de extinción: los lectores.
¿Cuánto y qué leen los universitarios?. Esta es una de las preguntas que se plantea la profesora Viegas en una investigación con la que concluye un master de la universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), España. Los datos fríos encontrados parecen derrumbar el mito del universitario lector.
Para su estudio, la profesora Viegas parte de una muestra de 867 estudiantes de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la UES (más del 10 %).
“Los poquitos lectores que tenemos en el país al llegar a la universidad tienen que bajar el ritmo y pareciera que están solos”, dice la Maestra Viegas, luego de analizar los datos recolectados a finales del año pasado, en un formulario de Google, que contenía un cuestionario similar al que utiliza el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, CEPLI, de la UCLM.
Este dato podría parecer contradictorio, tratándose de personas que ingresan a la universidad, donde leer es vital, pero significa que muchos de los estudiantes disminuyen la lectura de “placer” debido a la exigencia académica. En palabras de la investigadora, “leen pero los folletos de las clases”.
“Encuentro estudiantes que conocen el valor de la lectura, sin embargo, no están leyendo en forma de ocio, por placer… Un lector no es la persona que sabe leer sino la persona que lee habitualmente en su tiempo de ocio, ese es el lector, no quien sabe leer, que ese es el alfabeta”, reitera.
¿Cuánto leen los universitarios?
En promedio, la investigación revela que la muestra de universitarios encuestados leen entre 5 y 7 libros al año. ¿Es esto suficiente para considerarse un lector habitual?. La respuesta contundente de la profesora Viegas es no.
“Posiblemente tenemos una gran cantidad de estudiantes que son falsos lectores, ¿eso qué significa?, que piensan que hay que leer, que es importante leer, pero en la práctica no están leyendo por ocio, no leen todos los días, o muchos están leyendo en la época de vacaciones, muchos están leyendo solo un ratito el fin de semana. El lector habitual debería estar leyendo más o menos todos los días”, expresa la profesora Viegas.
Sin embargo, “lo que sí me parece importante es que los estudiantes piensen que deben leer”, debido a que una anterior investigación sobre el tema, en el 2010, revelaba que para muchos estudiantes “no era muy importante”.
Ahora “se ha impuesto un poquito más la cultura de la lectura como que es positiva, pero en realidad, en la práctica, no se está realizando en el nivel que quizás sería recomendable en una sociedad lectora”, matiza.
Explica que una de las causas de una falta de cultura lectora entre los universitarios se debe a que “tiene un contexto familiar que no lee”.
Las mujeres leen más que los hombres
Estudios similares a nivel mundial revelan que las mujeres leen más que los hombres. Este dato se reitera localmente, pero hay una diferencia entre lo que leen hombres y mujeres.
Los hombres leen más prensa y literatura académica que tiene que ver con su profesión y las mujeres leen más literatura de ficción. ¿Por qué?.
Una de las explicaciones que da la historiadora es que tradicionalmente “el universo de lo femenino se espera más introvertido… para los hombres se espera que haya un comportamiento más racional… Pareciera que es mejor leer ensayo, filosofía, política o prensa para los hombres”.
Leer garantiza mejores promedios de notas
Otro hallazgo importante que se encontró en la investigación fue una relación favorable al CUM de los estudiantes que leen más.
Ninguno de los lectores habituales encuestados tenía un promedio menor de 7. En contraste, “los que leen muy poco, su promedio está abajo del 7, en un buen porcentaje, que sabemos que es un problema para el estudiantado”.
“Los estudiantes lectores, cuanto más leen mejores notas sacan, mejores promedios tienen y, obviamente, tienen una mayor permanencia en el ámbito universitario”, afirma la profesora Viegas.
No obstante, dice, “es un grupo pequeño los lectores habituales, que gran parte de su ocio optan por la lectura. Es un colectivo pequeño que se siente aislado e incomprendido y que no tiene un espacio en la misma facultad, que les esté promoviendo y poniéndolo en el medio de alguna manera, facilitando ese rasgo identitario como lector. A este alumnado hay que apostarle”.
Proyecto de lectores
La investigadora propone fomentar universidades lectoras “y en este caso, fomentar proyectos en la Universidad de El Salvador en específico, lógicamente en la Facultad de Ciencias y Humanidades, que garanticen que nuestros estudiantes estén leyendo por ocio. Esto en otros lugares ya se está atendiendo en forma de proyectos donde se fomente el libro, de no solo un instrumento de conocimiento y de aprendizaje, sino como un instrumento de acceso a un mundo donde solo está en ese espacio y con esas características”.
Señala que “el libro en sí mismo es un superviviente, y sin los libros no podríamos tener esta civilización que tenemos, porque la única manera de conocer qué pasaba en las culturas anteriores es por la supervivencia de esa palabra escrita que cuando la leemos nos susurra otros espacios, otros tiempos, otros universos”.
“A los que nos encanta leer no tenemos con quien hablar de libros si somos lectores y nos pasamos los libros, los intercambiamos, porque los libros valen muy caros o los bajas de plataformas y nos los intercambiamos y esto nos da un sentimiento de identidad colectiva que nos está faltando”.
Y a pesar de que como humanidad hemos pasado la mayor de parte del tiempo contando relatos de manera oral, la llegada del “homo lector” ha supuesto un avance significativo que ha transitado por el aprecio de los textos en tablillas de barro, el papiro, el papel y ahora los dispositivos electrónicos. Estos últimos son los que más prefieren los encuestados.
En este sentido, la Maestra Viegas considera que las bibliotecas deben transformarse ante esta realidad.
La profesora Josefa Viegas prepara un artículo académico sobre su investigación, el cual espera publicar el próximo mes, sin embargo, accedió a compartir los principales hallazgos de su investigación con El Universitario, en el marco del “Día Internacional del Libro”, que la UNESCO conmemora cada 23 de abril, desde 1995.